Un indudable viento de cola experimentará en los próximos años Argentina en lo que a producción y exportación de gas se refiere, aunque obviamente dependerá de nuestro país saber aprovechar las oportunidades que los mercados externos le presentan.
En ese marco, y en lo que podría interpretarse como una clara señal a favor de la producción nacional de gas, impulsada en su gran mayoría por Vaca Muerta, si la demanda de ese combustible sigue creciendo como en los últimos cuatro años, sin un mayor desarrollo de la producción, se espera un déficit de oferta mundial del 22% para 2030.
Incluso, si la demanda sigue fortaleciéndose, el déficit será más pronunciado, lo que pone de relieve la urgente necesidad de aumentar las inversiones.
A tales conclusiones llegó el Informe Global del Gas, edición 2024, dado a conocer recientemente por la Unión Internacional del Gas (IGU), Snam y el socio de conocimiento Rystad Energy.
De ahí la importancia que reviste el proyecto Argentina LNG impulsado por YPF y Petronas, el cual apunta a exportar 15 mil millones de dólares anuales de gas natural licuado (GNL), para 2030, a través de una terminal de licuefacción que finalmente se decidió impulsar en Punta Colorada, Río Negro, y no en el puerto de Bahía Blanca.
Si bien para el ciudadano de a pie, que en septiembre volverá a recibir un nuevo aumento del 4 por ciento en su factura de gas, los beneficios de una mayor exportación resultan lejanos, cabe destacar que este proceso será clave para el necesario ingreso de dólares en una economía maltrecha como la nuestra.

El informe
Pero volviendo al trabajo publicado por la IGU, una asociación global con sede en Londres que promueve el gas como fuente de energía, el relevamiento precisó que la creciente demanda de energía en todas las regiones y la subinversión en gas y energía limpia ponen en peligro el suministro energético mundial, y los objetivos energéticos para 2030 están visiblemente fuera de alcance.
“Los mercados mundiales del gas se mantienen en un equilibrio frágil, con un crecimiento limitado de la oferta a medida que la demanda aumenta de manera constante, un 1,5% en 2023, y se espera que se acelere hasta el 2,1% a finales de 2024. Asia sigue siendo el motor clave de este crecimiento, mientras que América del Norte y Oriente Medio lideran las exportaciones”, consignó el informe.
Demanda energética
La demanda de energía ha seguido aumentando en las regiones desarrolladas y en desarrollo, mientras que la quema de carbón aumentó más que nunca en 2023, y sigue siendo la mayor fuente de emisiones energéticas mundiales, que batió otro récord.
El trabajo indicó que si persisten las tendencias actuales de demanda y oferta de energía, es muy probable que no se alcancen los objetivos para 2030 delineados en los escenarios de descarbonización impulsados por las políticas.
De hecho, agregó que a pesar de los esfuerzos por mejorar la eficiencia y el continuo declive industrial, Europa ha experimentado un crecimiento de la demanda de energía y en América del Norte, la demanda de energía ha superado los niveles de 2019 y sigue aumentando, impulsada por el sector del transporte y los centros de datos de inteligencia artificial.
Además, la demanda de Asia también está aumentando, en particular en los sectores industriales de la India y China.
Mientras tanto, la demanda de energía de África está creciendo más rápido que en la mayoría de las regiones, impulsada por el desarrollo urbano, aunque todavía está por debajo de los niveles necesarios para el acceso total a la energía, ya que el acceso equitativo a la electricidad sigue siendo un desafío importante en el continente africano y en varias partes de América del Sur.
“Para contener el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr que el equilibrio del mercado mundial del gas sea resiliente, es fundamental aumentar la inversión total en el suministro de gas natural y también ampliar la escala de las tecnologías de biometano, captura y almacenamiento de carbono (CCS) e hidrógeno con bajas emisiones de carbono.
“Hoy en día –continuó el trabajo–, el gas natural ofrece una oportunidad inmediata de reducir las emisiones del carbón en un 50% y las del petróleo en un 30% mediante un cambio rentable. El biometano es un sustituto directo del gas natural”.
Su escala está significativamente por debajo de su potencial, aproximadamente el 1% del mercado del gas natural, y se produce principalmente en América del Norte y en el continente europeo.
Sin embargo, están surgiendo nuevos centros de producción en centros como China e India, entre otros.
Captura de CO2
La capacidad de captura de CO2 , una tecnología crucial para una transición energética exitosa, también está ganando impulso, pero su escala aún está muy por debajo de lo que se necesita, al igual que el biometano y el hidrógeno con bajas emisiones de carbono.
Según el informe, estas tecnologías desempeñarán un papel fundamental en la descarbonización del suministro de energía (especialmente en sectores difíciles de reducir) y garantizar su resiliencia.
Ampliarlas es esencial, lo que requiere inversiones urgentes y políticas habilitantes para comenzar a generar los volúmenes crecientes de propuestas de proyectos.



